Los soles mexicas. Tercera parte.

El tercer sol de los nahuas fue gobernado por Tlaloc, el señor de la lluvia y de las tormentas. Una vez más la humanidad había sido creada, siendo este el tercer intento de los dioses por darnos vida y mantenerla.
Tlaloc era un buen sol, la vida en la tierra tenía gran prosperidad, su lluvia le había devuelto la vida a la madre tierra, había lagos, rios y océanos. La paz reinaba y se respiraba tranquilidad.
Tlaloc era tan buen sol que la gente terminó por corromperse. Los humanos desacataban las reglas morales de los dioses y se dedicaban a placeres mal encaminados. Quetzalcóatl en desacuerdo con lo que la humanidad hacía pidió a Xiuhtecuhtli el gran señor del fuego que terminara con esa humanidad improductible, y así fue, Xiuhtecuhtli surgió de la tierra convertido en un gigantesco volcán el cual comenzó con una lluvia de fuego. Del cielo cayó una lluvia incandescente, poco a poco fue exterminando con todo. Se dice que algunos hombres tuvieron que convertirse en aves para poder sobrevivir.
Este tercer sol terminó de reinar en un día nahui quiahuitl (cuatro lluvia).

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